lunes, 31 de diciembre de 2012

Respeto a la privacidad

Esta semana se produjo un hackeo de la red WIFI de Deusto, entraron a los dispositivos móviles de los alumnos y difundieron fotos privadas de una alumna. Ella intentó suicidarse tras este hecho y afortunadamente ahora se encuentra bien, al menos físicamente.

Algo que realmente me molesta es cómo algunas personas reaccionan ante ese tipo de noticias. Primero, tienden a juzgar a la chica como si hubiera hecho algo terrible. Segundo, difunden la noticia y, si pueden, incluso las fotos. Y después, se plantean lo malo que sería que le hackearan el móvil. No se oye muchos comentarios sobre lo inmoral que es meterse en la vida privada de la gente, violar su intimidad de esa manera. Debido a las redes sociales, nos hemos creído con el derecho de fisgar y descubrir cosas de la vida privada de los otros, y eso no debería ser así. Nos aconsejan que seamos cautelosos con lo que hacemos con nuestra vida privada, en vez de educar a la gente a vivir sus vidas y respetar la vida privada de los demás.

Ayer, pude escuchar una conversación entre dos jóvenes que se sentaron en mi mismo banco en un parque. Uno de ellos hablaba de la chica de Deusto y de cómo él había tenido una "amiga con derechos" que también le gustaba sacarse fotos. A pesar de la pequeña indiscreción de revelar los gustos de su "amiga", me gustó escucharle defender el derecho de cada uno de hacer "lo que le de la gana en su intimidad". Además le indignaba que algunos de su clase insultaran a la chica llamándole "suelta", en vez de juzgar al desvergonzado que quiso humillarla sin escrúpulos. Ahí pude comprobar que tampoco hay que juzgar a la juventud a la ligera, hay jóvenes con cabeza y que saben respetar.

Así, si bien es cierto que tendemos a informar demasiado de nuestras vidas por las redes sociales, lo que nos guardamos para nosotros debe ser respetado. Ya que como establece el artículo 12 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el derecho a la vida privada es un derecho humano:
"Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques."